Siempre hemos escuchado hablar de la historia de las llaves que los judíos al ser expulsados de la Península se llevaron consigo. Eran las que abrían las puertas de las casas que dejaban atrás. Casas, huertas, talleres de artesanos, pozos, bibliotecas y escuelas, hijos que no llegaron a conocer la mancebez y a los que dio cobijo la tierra… todo quedaba atrás y delante un futuro incierto y la pena de ser arrancados del regazo de la madre que nacer les viera.
Autor: Mara Aranda
A cantar con tirita en mano
El sonido, en sus infinitas combinaciones nos acerca a otros mundos. Otros mundos que no podría decir dónde están, si dentro o fuera de uno mismo. O quizá en ambos lados de esa linea divisoria invisible, finísima, de la que probablemente solo exista el nombre más que una frontera o partición real.
Llueve sobre mojado
La perla de Sefarad
El cielo amenazante invita a recogerse en lugar seguro, protegerse y rodearse de aquello que podamos necesitar en caso de que arrecie temporal. Pero no contaba Zeus, Dios de la tormenta y de las alturas, señor del trueno y del rayo que somos intrépidos aventureros y llevamos ya las velas remendadas de no pocas tormentas con las que nos hemos hecho a la mar y vencerlas. Así partimos desde esta comarca ahora de colores mortecinos que aun intensifican más los arrozales, cedidas sus cosechas, de tierra removida y con los restos de paja quemada sobre la tierra.
El ciclo de la vida
En el instituto leí mucha filosofía. Por entonces siendo un esbozo yo misma de lo que acabaría siendo, las ideas de los que me precedieron conseguían una tierra fértil donde arraigar. Algunas de ellas, las que traían un eco que podía procesar con mi básica ‘mesa de mezclas’ intelectual, se quedaban durante más tiempo a mi lado, acompañándome aquí y allá, como una amable o enigmática o atrayente cantinela, hasta que su sonido se alejaba definitivamente del sonido de la canción que yo iba componiendo y se perdía quedando como un lejano eco, aquello que había sido, nuevamente. Otras melodías todavía me acompañan, personificadas, en momentos muy especiales.