Noveno track: Sol la Sadiqa

Noveno track: Sol la Sadiqa

Siempre hubo hombres malos en todas las épocas, geografías, cualquiera que fuera su orientación religiosa. Siempre hubo hombres buenos, en todas las épocas, geografías, cualquiera que fuera su orientación religiosa.

Versión a partir de la grabación de campo que G. Pimienta realizara en 1979 de Alicia Bendayan, natural de Tetuán.

Narra lo acontecido 1834, fecha en que había una habitual discriminación entre los judíos de Marruecos que legislaba el pago de tasas especiales para ellos. Conflictos en sentido estrictamente religioso fueron menos aunque no eran una excepción, entre los que se encuentra el martirio de la joven sefardí Sol Hachuel, en Fez, donde fue decapitada por rehusar a convertirse al Islam. Las razones no están completamente claras pero parece ser que un jóven musulmán estaba enamorado de ella y una vecina de la muchacha, también musulmana, estaría involucrada. Ambos se confabularon parra intentar convertirla y al ver que ella no cedía a sus propósitos la denunciaron ante el gobernador quien la ejecutó. Sus correligionarios la consideraron una martir santa del judaismo, dándole el nombre de Sol la sádica por ser el anyo 1834 en el kual akontesio esta desgrasia el que korresponde al anyo djudio TsDK”T (o tsadeket). Sol será también llamada Sol Ha-Tsadeket, Sol la djusta, o en haketia, Sol la Saddika.

 

 

Cuando Tara levantó el enredo sentenciaron a la hermosa Sol,

por una infame y mala mora que como a una hermana creyó.

 

Y el gobernador la dice: – ‘esta mora qué dice de ti?’ .–

– ‘No señor yo he nacido hebrea y hebrea tengo que morir’. –

 

En la cárcel estuvo encerrada sin que nadie la fuese a ver,

sólo Dios que en su guarda mandaba en compañía del ángel Gabriel.

 

Cuando Sol salía de Tánger sus padres lloraban detrás.

Le decían –‘reniega hija mía, nuestro Dios no te castigará’.–

 

– ‘Adiós padre, madre y hermano,  me voy presa en presencia del rey.

Aunque jure y me ofrezca otras leyes ni por vida las traicionaré. –

 

– ‘No llores mi madre querida, ni consejo quiero de vos

pues mi vida ha sido entregada, sólo en ella manda mi Dios’.–

 

Cuando Sol entró en el palacio la decía la hija del rey:

–‘Profesa la ley mahometana,  de mi padre serás su mujer’. –

 

Y el verdugo desvaina su espada en el cuello de Sol sin piedad

y la dice: –‘si quieres ser mora piénsalo, que aún tienes lugar’. –

 

Cuando Sol vio su sangre vertida suspiró y al cielo imploró.

Su vida estaba entregada sólo en ella mandaba Dios.

Published by Mara Aranda

Mara Aranda es una de las intérpretes más aclamadas surgidas de la escena española. Casi tres décadas durante las cuales ha investigado y cantado músicas turcas, griegas, occitanas y músicas antiguas, medievales y sefardíes, que han dejado como resultado casi una veintena de discos propios de excelente factura merecedores de premios y reconocimiento por parte de público y también de medios especializados.

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