El principio es el final

El principio es el final

Había que poner el punto en algún momento y ese momento es ahora.

Hemos llegado a la primera estación y aquí nos detenemos por un espacio indeterminado de tiempo. Marruecos  ha conquistado nuestros sentidos con sus aromas, sus colores, el carácter de sus gentes…queremos quedarnos por un tiempo aquí, se respira paz.

Es curioso pensar que “En 1940, un tercio de la población de Marruecos era hebrea“, según  Joseph Israel, el gran rabino de Casablanca -el líder principal de la comunidad judía-. De las 200 sinagogas que tuvo la ciudad, solo están en uso hoy día 35. Rabat, en su momento de esplendor tuvo 20 sinagogas y hoy apenas quedan 80 judíos en la ciudad y el caso de Tánger podría ser el más llamativo porque de los 17.000 sefardíes que consiguieron llegar un día muy lejano, ya solo quedan 90 aproximadamente y casi todos son personas mayores de 75 años. Llegaron en diferentes tandas, todos venidos de España. Algunos tras los progromos de 1391, otros tras la expulsión…muchos no llegaron, se los tragaron los mares por sus tempestades o por una mano negra que los empujara al agua, mientras en la otra guardaba lo poco de valor que alguien obligado a salir sin nada portaba.

De igual modo podríamos hablar de que en vísperas de su expulsión, las dos terceras partes de los moriscos que vivían en España vivían en el reino de Valencia. Otros tantos en Aragón y en Cataluña una minoría. En Castilla vivía el resto. A lo largo de aquel año de 1610 y hasta 1614 salieron de las dos Castillas más de 100.000 moriscos; de Andalucía, unos 80.000; de Aragón, 64.000; de Cataluña, 50.000; de Murcia, 15.000.

Los destinos de estos moriscos fueron Marruecos (sobre todo andaluces, extremeños y murcianos), Argelia (en menor medida por encontrarse ya en esas tierras miles de moriscos valencianos) y Túnez (sobre todo aragoneses y castellanos). Eran comunidades generalmente cohesionadas, mayormente campesinas, mucha parte de ellas coexistiendo con los cristianos viejos. Dicen que  ‘La elaboración del decreto de expulsión fue complicada; qué hacer con los buenos cristianos, los niños, y los matrimonios mixtos. Los moriscos no podían escapar mediante una conversión religiosa puesto que estaban bautizados y la expulsión se basó en una condena de traición. Los niños menores de cuatro años se quedarían si los padres estaban de acuerdo’ (ay, els morisquets¡)

“Morisquillos”, hijos de los moriscos expulsados y que fueron separados o abandonados a su suerte por sus padres. En el trabajo de documentación realizado por Girones, quedan reflejados un total de 2.448 hijos de moriscos que, por diferentes circunstancias, quedaron abandonados en la Península entre 1609 y 1611, dos años después de la expulsión de sus padres. “…todos los quales dichos niños y niñas, según van referidos, se entregaron por el dicho comisario a los dichos dueños, encargándoles la buena criança, doctrina y enseñança en la ley de Dios, encumplimiento de lo que por el dicho vando se les manda”… ay si nuestras células hablaran!

La vida son ires y venires. Vamos dejando atrá,s voluntaria o forzadamente, cosas que hemos amado hasta la locura y también cosas que odiamos y que nos hicieron perder razón, principios y fe, cualquiera que ésta fuera.

La idea de este primer trabajo esta dedicado a toda  aquella alma pura que sufrió como los que se iban. Y también a los que se fueron, siendo rectos y buenos, forzados a ello. A todos ellos solo puedo pedirles perdón por no haber nacido antes y estar allí, a su lado,  y ahora solo puedo dedicar a sus memorias estos humildes cantos.

Había que poner el punto en algún momento, pero solamente es un punto y seguido.

Sigamos.

Published by Mara Aranda

Mara Aranda es una de las intérpretes más aclamadas surgidas de la escena española. Casi tres décadas durante las cuales ha investigado y cantado músicas turcas, griegas, occitanas y músicas antiguas, medievales y sefardíes, que han dejado como resultado casi una veintena de discos propios de excelente factura merecedores de premios y reconocimiento por parte de público y también de medios especializados.

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