Escucha el ney

“Escucha el ney, escucha su historia
que se lamenta tristemente de la separación:
“Desde que me cortaron del cañaveral,
mi lamento ha hecho llorar a hombres y mujeres.
Yo quiero un pecho desgarrado por la separación,
para poder hablarle del dolor del anhelo.
Todo el que se ha alejado de su origen,
añora el instante de la unión.
En cualquier asamblea entoné yo mi canto melancólico
y me hice compañero de los felices y los tristes.
Todos me entendieron según su propio pensamiento,
pero nadie trató de hurgar en mi corazón el más hondo secreto.
Ese secreto no está lejano de mis lamentos,
pero no tiene esa luz ni los oídos ni la vista para captarlo.
No está velado el cuerpo por el alma,
ni el alma por el cuerpo,
pero nadie es capaz de contemplar el alma”.
Ese canto del ney es fuego, no aire.
¡Quien no tiene ese fuego, merecería estar muerto!
Ese fuego es el fuego del amor que arde en el ney,
el hervor del amor que posee el vino.
El ney es el confidente de todo aquél que está separado de su amigo,
sus cantos desgarran nuestros velos.
¿Quién ha visto jamás un veneno y un antídoto como el ney?
¿Quién ha contemplado jamás un consuelo y un enamorado como él?

Mara Aranda presentará nuevo disco en enero de 2019 dedicado a la música sefardita turca. Este blog nos invita, en 
cada entrega, a recorrer la geografía musical del 
Mediterráneo Oriental, donde el presente y el pasado de la autora se ven reflejados con extractos de sus diarios 
personales de bitácora de la grabación del nuevo trabajo, día a día, y su residencia de trabajo y estudio en 
Estambul en 2006. Sigue leyendo

Cuerdas de metal

La música se viene practicando como arte desde hace miles de años. La acústica y su relación con el sonido, comienza a ser estudiada ya en la Antigua Grecia y Roma, entre los siglos VI a. C y I d.C. Sigue leyendo

Agua viene y va

Tan solo hace unos meses, preparando mi participación en la séptima edición del curso de música medieval, renacentista y tradicional que se celebra en Morella, di con los estudios de varios investigadores, científicos e incluso el Premio Nobel de medicina Luc Montagnier, por el descubrimiento del virus de inmunodeficiencia humana (VIH). Todos ellos hablan de que el agua tiene memoria, y que se mantiene incluso después de muchas diluciones, lo cual por cierto es el principio de la homeopatía, tan denostada por el colectivo científico y médico con claros intereses en quitar de en medio cualquier competidor para la alopatía, nuestra medicina occidental, que genera por su asociación con las farmacéuticas, beneficios inmorales por no entrar en la sospecha de que muchas veces es la propia industria farmacéutica la que genera y se encarga de transmitir infecciones entre la población para poder vender su antídoto. Sigue leyendo