Recuerdo el Melaj, el barrio judío de Tetuán, constituido por más de trescientas calles, angostas, con paredes blancas y puertas verdes, rectas y no tortuosas ‘como los barrios de los moros’ bajo arcos que unen un muro con el otro, y donde llegaron a haber 16 sinagogas. Los interiores de sus casas estaban decorados en estilo castellano.
Tenía que llegar el momento.
Ayer nos confirmaban que el espectáculo asociado al disco en grabación actualmente está seleccionado por la Red Nacional de Teatros y Auditorios.
Mi manager Günther Weise, encargado de la parte internacional de mi trabajo, me hacía anoche un corto mensage de whatsaap: ‘Has visto, ya somos 10.000 fans!’. La verdad que no me había dado cuenta con toda la vorágine de estas semanas preparando el proyecto de micro-mecenazgo y emprendiendo ya las canciones que entran en su última fase.
Llevamos 10 días de campaña y ya hemos recogido más de 1.000 euros con vuestras aportaciones. Aun estamos lejos de llegar a cumplir los objetivos económicos necesarios para que el disco salga adelante, pero seguimos con la mayor de las ilusiones trabajando porque sea finalmente posible.
