La ventana que da al mar

La ventana que da al mar

Por la ventana que da al mar puedo imaginar las olas que mecen a no sé que niños de espuma, como giran y ruedan y no se quieren despertar.

Ir y venir, como las olas en el agua: crecer para luego achicarse. Seguro que el agua de las olas no sueña con hacerse Titán y rozar en su altura la cara blanca de la luna, seguro que no. Sólo el hombre quiere alcanzar con el cuerpo cosas que son del ámbito del alma. Para qué sino tenemos el pensamiento, las fantasías, los sueños. Para ser a imagen y semejanza de Dios, en el sentido de ente que todo lo puede. En este caso seríamos completos, no habría ningún limite puesto que con nuestra fantasía podemos llegar y alcanzar todo, nada sería imposible. Ahora bien, fantasía-inteligencia-corporeidad. Cada uno de estos estantes contiene unas funciones diferentes. Con mi cuerpo no podré imaginar que vivo dentro de un volcán  pero sí con mi imaginación y con mi imaginación no podré tocar el pétalo de una amapola antes de que la tierra vuelva a dar la vuelta al sol. La inteligencia regula las actividades de una y otra de nuestras dos posibilidades más básicas.

Sueño con tener una voz tan límpia como esta cantante, afinación como aquella otra, color y tesitura como la de más allá.  Ya está bien de mirar hacia afuera. Hacia afuera se mira cuando se necesita descansar de uno mismo, cuando han de reponerse fuerzas olvidándose de uno mismo. Hasta entonces, todos los secretos del canto y de la vida los tenemos guardados en ese cofrecito sencillo, que no tiene ni cerradura ni llave, basta llegar y abrir para que nos regale sus alhajas.

Sí, es verdad que no es tan fácil y es verdad que a cada ser se le revelan las cosas de maneras diferentes. Esta en todo caso es mi receta, mi fórmula magistral.

Me impongo la obligación a cada poco de obsequiar a mi maltratado cuerpo con unos movimientos suaves del cuello a un lado y a otro de mi cabeza al menos, como el movimiento del péndulo del viejo reloj cuyo sonido parece que se hace más presente y más terrible cuando hemos descubierto algo importante, algo conmovedor o  especialmente bello. Entonces pensamos  como se va de aprisa el tiempo, como a cada instante que cambia de sentido el péndulo se tiene menos tiempo para disfrutar el tesoro. Claro estamos diseñados para poseer, y no desearíamos que ahora que tenemos algo precioso se nos escape de las manos. Querríamos tener voluntad sobre todas las cosas y las personas…poseerlas y controlarlas, saber que sienten y piensan a cada momento para tener voluntad sobre ellas. Y queriendo poseer acabamos poseídos por ellas.

Quedan cuatro minutos para terminar mi jornada laboral de la mañana en la que me dedico al trabajo de ordenar los audios, buscar las versiones diferentes de las mismas canciones. Ya tenemos las 14 que irán en el disco, de ellas os hablaré muy pronto. Antes de que alguien, alguno de vosotros, me vea rodando entre el blanco de la orilla, junto con los otros niños, jugando con caracolas y cangrejos, caballitos de mar y anémonas.

 

From my window overlooking the sea I can imagine the waves rocking the children back and forth. Come and go, like the waves in the water: grow in order to diminish later.

For sure do the waves do not dream of Titan and how they would touch the white face of the moon at their highest extent, certainly not.

Only man wants to achieve things with his body which belong to the rel of the soul. To be an image and bear a likeness of God, in the sense of being a creature that can do everything. In that case we would be complete, there would be no limits our fantasy couldn’t reach, nothing was impossible. Fantasy-intelligence-corporality. Each of these conditions has a different function. My body can not live inside a volcano, but in my imagination I can, and in my imagination I can not touch the leaf of a poppy before the earth again rotated around the sun. MInd regulates the activities of both of our two basic possibilities.

I dream of having such a clear voice like this singer, with a pitch like yonder, colorful and expressive like the one beyond. That’s enough for an outward gaze. Outwardly you look when you need a break from yourself, when forces need to recover your forgot about. Until then, all the secrets of chant and life we kept in a footlocker, which has no lock or key, just come and open it so it will endowe us its pieces of jewelry. Yes, it is true that it is not so easy and it is true that every being will reveal things in different ways. This in any case is my recipe, my magic formula. I force my body to relax through soft movements, like the movement of the pendulum of the old clock whose sound seems to be more present and annoying when we have discovered something important, touching or especially beautiful.

As time passes by so fast, with every stroke of the pendulumas we become aware how time melts away, leaving behind fewer time to enjoy the treasure. Of course we are created to posess, not tolerating that precious we keep suddenly trickles through our fingers. We prefer to dominate thins and humans,to possess and control them, to know how they feel, and doing so they they really posses us. Four minutes left to finish my workload of the morning during which I dedicated myself to arrange audios in proper order and search for different versions of the same songs. We already have selected 14 for the album, of which I will speak very soon. Before anyone of you will watch me rolling and rocking on the white waves, along with the other children, playing with shells and crabs, sea horses and anemones.

Published by Mara Aranda

Mara Aranda es una de las intérpretes más aclamadas surgidas de la escena española. Casi tres décadas durante las cuales ha investigado y cantado músicas turcas, griegas, occitanas y músicas antiguas, medievales y sefardíes, que han dejado como resultado casi una veintena de discos propios de excelente factura merecedores de premios y reconocimiento por parte de público y también de medios especializados.

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