Diáspora en el corazón de Pirineos

Nuestro periplo empieza por el final, visitando el Real Monasterio de Santa Maria de Ripoll, fundado hacia el 880, con su impresionante portada románica y su claustro que fue prácticamente lo único que quedó en pie después de la guerra Carlista. Una de las más espectaculares muestras de la escultura gótica catalana. Margarita, una catalana ‘amb tres estelades al meu balcó’ nos explica como guía oficial los entresijos y pormenores de la portada y el claustro (posterior, del s. XII), cuyos capiteles, originales, están adornados con motivos animales reales o fantásticos, vegetales y humanos. También el monasterio guarda la tumba de su fundador, el conde Guifré el Pilós, conocido por crear el casal de Barcelona y la leyenda de la bandera con las bandas rojas sobre fondo dorado. Los segundos hijos de las familias nobles eran monjes así que el Monasterio contaba también con grandes posesiones en toda la Cataluña reconquistada. Sigue leyendo