Hace ahora justo un año que partí en viaje de estudio a Israel.
Mi objetivo era una vez más antes de grabar un disco, hacer un trabajo de estudio en la mayor profundidad posible del repertorio. Y no había lugar más idóneo que la Biblioteca Nacional de Jerusalén donde está el fondo documental sonoro más grande del mundo.
Su directora, Gila Flam, me recibió y puso a mi disposición el departamento como invitada de honor. Amalia Kedem, miembro del departamento, me guió y acompañó durante mi estancia de dos semanas, por los laberintos del sonido. Recorrimos las grabaciones realizadas durante treinta años por Susana Weich Shahak, a la que justo hoy hace un mes, concedieron la Cruz de Oficial de la Orden del Mérito Civil de España en un acto solemne en la Residencia del Embajador de España por su trayectoria académica y su decisivo papel en el estudio y preservación del patrimonio cultural sefardí. También las de otros etnomusicólogos como Oro Anahory, Armistead y muchos otros que invirtieron una gran parte de su vida en ir de un sitio a otro, buscando aquellos receptores de la tradición de un pueblo, allá donde el destino los hubiera llevado. En aquellas grabaciones se escuchaba a los encuestadores y también a los encuestados cuan alegremente contaban y cantaban todo aquello que habían recibido de boca de sus mayores.
Poco a poco, durante aquellas sesiones de más de 16 horas diarias, se artículó el contenido de este primer disco dedicado a las geografías más importantes de la Diáspora. Este primer volumen que en unos días estará en la mesa del escritorio desde donde ahora mismo tecleo estos caracteres, está dedicado a la tradición sefardí de uno de los principales destinos de los judíos una vez son expulsados de la Península. ‘Sefarad en el corazón de Marruecos‘ es su título y el primer corte es ‘El marido carpintero‘. Cuando escuchéis las primeras notas de esta canción percibiréis un sonido, quizá no identificable por su uso extraño como instrumento musical. Es un martillo que golpea una chapa.
Nuestra canción está compuesta según las versiones de Israel Sara y Alicia Bendayan, naturales de Tetuán y Ester Benshimol y Solly Levy, ambas nativas de Tánger. A diferencia de otras versiones recogidas por Larrea Palacín y Manuel Alvar, en esta que presentamos, el estribillo no responde a aquel de toque más lírico del ‘ay pastora, ay pastor a mí’. Aquí se nos refiere directamente, según nos dice Oro Anahory en el libro New Horizons in Sephardic Studies, con el ‘gelindón’ , que aparece como estribillo, al órgano sexual masculino, sin ambages, quedando la canción a un paso del absoluto descaro, pero tan bien articulado y disimulado que podría ser una canción de corro. Es la canción que abre este disco y lo harán las notas del kanoun, el instrumento de cuerda pulsada de la música tradicional del Medio Oriente que toca Aziz Samsaoui, colaborador en mis proyectos desde hace dos décadas. al cual agradezco su participación y su entrega. Kanoun es una palabra que viene de ‘ley’, ‘cánones’. Se ejecuta punteado, con dos plectros sujetados con anillos metálicos, uno en cada mano para tañer las 65-75 cuerdas de las que consta. Con el sonido de su instrumento, central en las orquestas árabes, os damos la bienvenida a ‘Sefarad en el corazón de Marruecos’.
Levantíme madre lunes de mañana
fuérame al mercado como alboreaba.
Y con el guelindón.
Mercara un marido de honra y de fama.
Carpintero era y maestro le llaman.
Y con el guelindón.
Maestro, maestro, adobeime este arca,
la llave de oro y la chapa de plata.
Y con el guelindón.
Hecha está la cama como de novia honrada,
con cinco almadraques y sábanas de Holanda.
Y con el guelindón.
Y a la media noche prima la llamaba
más blanda sois prima que la seda fina
Y con el guelindón.
Levantíme madre lunes de mañana
fuérame al mercado como alboreaba.
Y con el guelindón.
Notas:
1_Almadraque: del ár. hisp. almaṭráḥ ‘colchón’.
- m. p. us. Cojín, almohada o colchón.
2_Guelindón: pene
3_Adobeisme: reparadme