Llegan las grabaciones que desde otros puntos del globo nos envían invitados muy especiales. Es curioso como hace unos años al enterarnos de que pasaba por Valencia fuimos a conocer a Liliana, acompañada por Marcelo. Entonces Diáspora no estaba aun en mi horizonte, andábamos enredados en Sephardic Legacy, un disco general de repertorio sefardita que simplemente surgió, espontanea, natural y orgánicamente. Desde el primer segundo la voz ondulada, sin ningún pico, suavísima se enredó en las entretelas de mi alma, qué gran paz transmitía con su voz mientras hablaba con entrañable autenticidad y nos contaba al auditorio de sus orígenes de sefaradíes turcos, de su amor por las tradiciones y ‘la lingua muestra’ y después cantando su repertorio como una gran madre que se sabe depositaria de ese legado custodiado y hecho crecer para entregar a los hijos venideros no menguado sinó multiplicado.
No son vanas palabras para adular sus atributos y alabar su tarea profesional. Liliana, junto a Marcelo, inició en tal mes como este pero hace 10 años precisamente eSefarad, un proyecto con el fin de concentrar en un solo sitio la información referente a la cultura judeo-española para la difusión de la historia, costumbres, noticias, eventos, actividades y artículos exclusivamente de temática sefaradí y cuya sede se haya en Buenos Aires.
Conferencias, seminarios, el portal eSefarad.com, el Boletín Semanal eSefarad de suscripción gratuita que se envía por e-mail, un programa de radio semanal Magacin Sefaradí en Radio Sefarad (online) de España y Radio Jai de Argentina; un canal de TV online “eSefaradTV” donde se transmiten a todo el mundo en directo distintas actividades relacionadas con el mundo sefaradí, así como la repetición de producciones propias y de terceros son algunas de sus actividades por las cuales recibieron en enero de este año la preciada ‘Medalla de las 4 Sinagogas de Jerusalem’ por su labor en pos de la cultura sefaradí en todos sus aspectos en manos de nuestro querido Abraham Haim, presidente de la Comunidad Sefardí de Yerushalayim.
En una copla conocida fragmentariamente y nunca interpretada en su integridad, además de ser inédita la melodía que la acompaña, compartimos escenario, unidas por un vínculo de sangre. En sus estrofas aparece la historia dialogada entre una madre que aconseja a su hija, y la buena hija dirá amén a pies juntillas.
La colaboración de Liliana pone el broche a este disco que el lunes se nos va del regazo. Acabado el parto los doctores del sonido lo inspeccionarán y chequearán para conseguir en su llanto, su risa, los pequeños sonidos cuando sueña, un reflejo de la humanidad que porta en su ADN…que no reste ni un ápice de emocionalidad a las interpretaciones de sus afectos la parte técnica, a la que es imposible sustraerse. Pero aun queda, después del paso de Liliana dejando su estela amorosa y cálida, el estrépito de los que llegan detrás armando barullo llamando a la puerta.
Quien será?…
Estambul, diciembre 2006
Puede que sean las once de la noche. A esta hora hacen un buen programa de música clásica turca en la A.M. La cantante reproduce los melismas que hacen muchos o todos los instrumentos de la orquesta, con una diferencia grande de notas. Un muy pronunciado ‘melismateo’. Hoy ha lucido el sol a primera hora pero justo al salir i coger el autobús, por la avenida paralela al mar, parar en
Beşiktaş y caminar aun media hora, cuesta arriba, ha comenzado a llover. El paraguas en guardia permanente en el interior del bolso, después de estas semanas ya puedo orientarme meteorológicamente y prever los cambios. Mi padre me enseñó mucho de esto. Como labrador que ha sido toda su vida, trabajando a merced de la climatología los hombres se acostumbraron a fijar sus ojos en el cielo e interpretar la forma y color de las nubes, el movimiento y dirección del viento que propicia unas u otras circunstancias, los cambios en la humedad del aire, …oírles hablar a él y a mi abuelo del tiempo era como escuchar poesía de labranza, hecha a pie de surco, descalzos y arremangados.
Llueve, continua. Ahora, con la noche encima es difícil predecir si seguirá o escampará. El tranvía iba casi vacío al volver, desplazándose sobre los rieles suavemente como un gusano de luz con la barriga transparente, lo miré aun alejarse un momento. Me cruzaba de vez en cuando con hombres que llevan una especie de carro con una gran bolsa acoplada y recogían papelitos que habían despreciado los eficientes empleados con traje y corbata de los bancos de la avenida. Las calles se estrechaban al entrar en mi barrio, olía a puerto y a leña, todo en uno, con una enorme potencia. Miré las gaviotas con sus cantos que sonaban, mientras volaban en el cielo amarillento, como una vieja fotografía.
Quizá alguien me haya visto desde alguna ventana mientras dedicaba un pensamiento dulce a su propia vida o, por el contrario, odiara la felicidad imaginada bajo mi paraguas prestado. Ahora, después de un baño de jofaina con agua hirviendo y sal para reanimar los pies y un buen plato de sopa de lentejas con cilantro en la panza puedo perdonarlo todo.