En el Origen, las dos fuerzas que todo lo generaron luchaban por imponerse y había una gran conmoción invisible. Ninguna de las dos podía vencer a la otra, eran iguales en sus potencias pero opuestas en su signo. Todo se mantenía en una tensión sempiterna.
Estas fuerzas tenían la función de generar nuevos elementos, estaban preñadas de los embriones de todas las cosas que habitarían el universo. Iban y venían en sus luchas, se separaban para volver a arremeter la una contra la otra pero eran inútiles sus pretensiones, jamás ninguna conseguía alzarse con la victoria.
Cualquier día, enfrentados en una cruenta lucha y en el momento del cuerpo a cuerpo, cuando sentían todos los ríos, los nervios, las venas llenas de poder, amarradas como estaban, las fuerzas siamesas vieron que había llegado el parto de las criaturas que albergaban y cesaron en su lucha para dar a luz. Fue en el tiempo que dura un suspiro. En ese instante sus energías cósmicas, poderosas, se conectaron a una misión más grande.
Para nosotros también ha llegado el momento de alumbrar. Dar a luz estas canciones, que compondrán nuestro próximo disco, discriminando diferencias, buscando la empatía. Conectarse en profundidad con el otro, dejando de controlar la propia fuerza,…abandonarse para penetrar en el interior del otro, de la materia finísima de su espíritu. Solo así sera posible destilar una esencia compartida, sentida, auténtica y vívida. Es así como recordaremos, de nuevo, que fuimos solo uno en el Principio, fecundándonos el uno al otro, sin darnos apenas cuenta, con cada gesto eternidad tras eternidad.
Tendremos que volver a danzar, replicando esa danza sin principio ni the end, trazando el círculo generador de la vida que en su manifestación contiene los signos de esas dos fuerzas primigenias.Volveremos a danzar en un equilibrio preciso, cumpliendo nuestra función, respetando nuestras respectivas idiosincrásias y pareceres y teniendo a nuestro compañero de baile, como esa imagen que devuelve el espejo.
Al igual que las olas van y vienen y no dejan de servir a un orden antiguo y perfecto, se que estas impresiones volverán a mecerme con su balanceo aun en el tiempo que está por volver, no es la primera vez que me hago a la mar.
In the beginning, the two powers who had created everything fought against each other, and therefore there was a giant shock. Neither could beat the other, they were equal in strength but opposite in signum. Everything is kept in an everlasting tension. These forces had to generate new elements were pregnant with the embryos of all things that inhabit the universe. In their struggles they came and went, separated just to battle against each other one more time, but neither could ever win. One day, locked in bloody struggle, when they felt all nerves and veins full of power, tied into one another as they were, their forces conjoined, they saw that they had given birth to all of the creatures they had been pregnant with. And they ceased to fight in order to spark the light. There was a sigh. At that moment all cosmic powers were connected for a larger goal. For us it is also time to give birth. Giving birth to these songs that our next album composes of, discriminating differences, seeking empathy. Connected to each other, stopping to control the own power, abandoned to penetrate inside each other, into the final matter of their spirit. Only this way we can share an essence so heartfelt, authentic and vivid. I t is how we remember again, in the beginning we were alone, then fecundated other, without even noticing it, from eternity to eternity. We will have to dance, replicating the dance without beginning or end, tracing the circle of the generator of life which in its manifestation contains the signum of these two powers. Again we dance in a precise balance, fulfilling our role, respecting our specific characters and opinions we and our dance partner have, just like the image we see in the mirror. As the waves come and go and will not stop to serve ancient and perfect order, these impressions will sway me with their pendulum even in the time to come, neither it is the first time I make it out to the sea .