Una revisión del concepto del amor a través de los siglos y el papel de la mujer en su concepción, vivencia y transmisión.
Mara Aranda celebra 30 años sobre los escenarios en 2020 con un repertorio pleno de contenido universal. Acompañada por el talento de cuatro mujeres músicas que interpretarán textos originales de los siglos XII y XIII de cantautoras medievales, llamadas trobairitz, y otros de los cuales no ha trascendido autor, en los que no se descarta la autoría de mujeres que vieron en el anonimato una salida para librar a la historia y a la sociedad del futuro una crónica de los sentires y avatares de su tiempo contando la historia repetida de la Humanidad.
En aquella sociedad del medievo hubo mujeres instruidas, como las trobairitz, con parte activa en el tablero de la vida cultural y literaria del sur de Francia, donde el occitano era la lengua vehicular de la poesía.
Mara Aranda nos propone en este espectáculo caleidoscópico reflexiones pendientes desde hace siglos con este disco, homenage a todas esas mujeres y hombres que desde el presente reconocen y admiran con la magnitud que corresponde la valentía e importancia de estos testimonios.
Mas allá de la imagen que construyeron sobre ella clérigos y trovadores, la mujer medieval no se limitó a ejercer de bruja, santa o prostituta. En su vida interpretó los más variados personajes, igual ayer que hoy en el siglo XXI.
“Llorar, hablar, hilar, es lo que Dios concedió a la mujer”.
Siguiendo a Aristóteles, la rama seglar consideraba a la mujer como un hombre fallido “pérfido y fétido”, “fuente insondable de todos los pecados”. Y la mujer virtuosa, “más extraña que el ave Fénix o el cisne negro”.
Cristina de Pizán en el s. XV, final de la Edad Media, probablemente la primera feminista de la historia, denunció la desigualdad hacia las mujeres y las animó a luchar educándose.