“No acabas de ver bien que sucede, pero en realidad es porque hace días que no llevas gafas, solo esto. No llevas gafas sobre las narices, ni dentadura postiza; ni insistes en el maquillaje que por la ley de la gravitación y por la de el verano se corrompe; ni te pones tacones que te obliguen a cansarte a cambio de estar todo aquello de apetecible que puedes con tu condición y posibilidades; ni trastocas cada mañana el cajón de la ropa por seguir sorprendiendo al amante con una combinación original de ropas no mostrada hasta el momento; ni evitas llevar las uñas sin pintar porque llevas 48 horas limpiando alfombras con amoniaco diluido con agua, pintando paredes que llevan por retocar hace tres años; ni dejas que el cabello se haga sitio en tu hombro en una frondosa melena definida y bien diseñada, … ni ganas, y lo llevas enrollado con una goma, que no era la más bonita de la tienda. Sigue leyendo