En octubre del año 2008, Mara Aranda & Solatge ofrecían un breve concierto al Teatro Talia de Valencia dentro de la celebración anual del Día del cant valencià de estil. Mi impresión de aquel directo fue impactante. Se creó un aire entre la leyenda o el misterio de los arcanos y un cierto ambiente onírico inquietante y emocionado, como de estar descubriendo por primera vez los propios padres no conocidos. La liturgia gestual e indumentaria de Mara y su comportamiento escénico envolvían aquel canto de profunda expresión desde una voz transparente y aquella músíca moderna y viva que hacía divisar los antiguos y nebulosos tiempos de nuestro pueblo.
Nos llega ahora un nuevo disco, ‘Lo Testament’: Mara Aranda, Eduard Navarro, Josep Mª Ribelles, Jota Martínez y Abel García. Continúa pues fundamentalmente la misma formación del grupo con estos músicos de una gran solvencia que han formado parte -y continúan- de proyectos importantes en el folk, la música antigua, la sefardita particularmente y las formas balcánicas.
En esta ocasión, el protagonismo musical del repertorio recae casi al completo en Eduard Navarro: composición, arreglos y adaptación de melodías tradicionales. La trayectoria de este músico viene de lejos, aunque se lo tiene que considerar como una de las figuras actualmente más creativas y vanguardistas dentro del campo de la música tradicional no ya del País Valenciano sino del amplio entorno mediterráneo.
Eduard, instrumentalmente ha ido ampliando el cultivo y el dominio de varios instrumentos de antigua procedencia tradicional y ha sido el responsable de su introducción y su uso progresivo entre los músicos del país. Es uno de los dulzaineros de primera línea con una técnica y una fuerza expresiva envidiables.
No ha abandonado las dobles cuerdas habituales de la tradición valenciana reciente. En este sentido, mantiene la valencianidad sonora como el mundo a partir del cual se abre a otros recursos comunes de las tradiciones mediterráneas. Nadie cómo él en estas tierras ha interiorizado y ha trabajado los ritmos aksak a partir del repertorio autóctono desde hace muchos años, para llegar al universo balcánico donde se desarrollan con más exuberancia.
A través de los muchos años que Eduard ha ido haciendo camino, nos ha ido sorprendiendo con realizaciones muy creativas y rompedoras que han abierto vías de desarrollo de la imaginación como herramienta primera de revitalización de la música tradicional.
‘Lo Testament’ es una pequeña joya gracias al consorcio artístico de Mara y Eduard con la implicación imprescindible de los otros músicos. En este repertorio confluyen los dos artistas complementándose en la definición de una música con una expresión muy personal, cosa que la convierte en una música joven y fresca en contraposición al tratamiento inocuo y aséptico que a veces aplican los cultivadores de la música tradicional. El mundo literario de los textos de Mara encaja mucho en todo aquel ambiente suave, admonitorio y con toques impresionistas a que nos tiene acostumbrados. Es un disco de gran belleza, es elegante y en absoluto tópico.
Personalmente estoy pasando un momento en mi vida artística, en el que se han encendido las luces que me iluminan poderosamente la perspectiva del último medio siglo. La decisión de cerrar el proyecto de Al Tall, me ofrece una percepción de proximidad entre los primeros proyectos folk de los años 70 y los actuales “productos” musicales.
Creo que la línea progresiva de la recuperación del lenguaje musical tradicional en nuestra área tiene que ir buscando ámbitos expresivos más allá de la tradición inmediata, es decir, de la que ha llegado a la población actual. En este sentido, ‘Lo Testament’ muestra un mundo sonoro que va más allá de ese paisaje de la tradición reciente.
El tratamiento de este repertorio utiliza en algunos temas antiguos recursos de la música modal y enlaza con momentos muy anteriores al occidentalitzación que progresivamente durante los últimos cien años largos ha ido transformando el aspecto sonoro de la cadena tradicional en la música autóctona en nuestras tierras. Frente al dominio de la armonización, se devuelve a la preponderancia de la melodía y al enmarcamiento fundamental de los bordones de tónica y quinta que liberan la maniobrabilidad melódica. No se renuncia a la armonía, pero se la utiliza como un recurso subalterno y puntual.
En la percepción de la población actual, estas formas de tratamiento musical no se identifican con la valencianidad tradicional: por el tratamiento musical, pero también de forma acusada por la tímbrica de una instrumentación que las generaciones presentes no han conocido como sonoridades tradicionales de nuestra tradición varios tamboriles de membrana o de cuerdas, tamburello, bendir o daf, xeremies, gaitas, tarotas o cromornos, fidula, xalomeau, flabiols, viola de rueda… En otras épocas se utilizaban en el territorio valenciano algunos de estos instrumentos que todavía se utilizan en otras tradiciones mediterráneas más o menos cercanas.
Por lo tanto, estas formas sonoras representan una renovación y a la vez una profunditzación en el lenguaje tradicional.
En realidad, para la mayor parte de la población, tanto estas formas sonoras más antiguas como aquellas otras más recientes son ya músicas exóticas a las que se se puede acercar tanto por el propio atractivo de su exotismo como también por la voluntad de recuperar patrimonio cultural del país.
La presencia de la dulzaina y el repertorio mismo con temas del país y en la lengua del país son las dos anclas que acreditan en la percepción de nuestro público la pertenencia de esta nueva/vieja música que sentimos en ‘Lo Testament’ a ese patrimonio que hay que entender y recuperar.
Todos los temas de ‘Lo Testament’ tienen un encanto especial. Yo me identifico mucho con ‘Més silenci’ por el tratamiento a 11/8 con aquellos sutiles ‘*rittardandos’ repetitivos que forman parte de la estructura rítmica de la célula y que inoculan en el corazón de quien la escucha–y más todavía de quien lo interpreta- una cierta sustancia sicalíptica y emocionante. También les ‘Jotes noves’ resultan muy excitantes: escuchas una jota, pero con una luz lejana; muy diferente de todas las que hemos escuchado.
En la década de los setenta, los que empezábamos a proponer un regreso a la música tradicional del país desde posicionamientos modernos, pretendíamos sobre todo conseguir la adhesión de las voluntades populares para valorar y dignificar la expresión musical de nuestros mayores como una herramienta útil para nosotros en nuestro tiempo. Empezábamos un camino de reconocimiento del sonido, partiendo de las sensaciones sonoras todavía reconocibles por nuestra gente. Era un comienzo. Pero el trayecto se mostraba largo y prometedor a medida que íbamos descubriendo elementos musicales desconocidos y preciosos que había que ir reproponiendo.
El camino de este generación actual de músicos tradicionales está ahora mismo marcado por la voluntad de ampliar y retomar todos estos sustratos perdidos, continuando la reconstrucción del lenguaje desde bases más sólidas y más imaginativas. Una ventaja definitiva que tienen estos músicos de hoy es el nivel de inmersión lingüístico-musical que ellos han podido hacer con más facilitado que nosotros, y partiendo de nuestros primeros chapuzones.
‘Lo Testament’ hoy es un pequeño prodigio que nos causa gran alegría a los que empezábamos con aquellas propuestas en los años 70.
No dudo que me próximos trabajos, esta formación Mara Aranda & Solatge irán ofreciéndonos una incorporación progresiva de elementos musicales perdidos o medio perdidos, como por ejemplo el tema fundamental de la afinación atemperada, tema del cual ya pudimos sentir en algunos momentos acechar en la garganta de Mara Aranda que ha demostrado una trayectoria de trabajo impagable y una sensibilidad exquisita por esta cuestión capital.
Tiempo vendrán en las que todas estas consecuciones sonoras, puedan pasar a formar parte de repertorios populares actuales con canciones de nueva creación que hablan llanamente de las cosas de la vida, tal como se hace con otros géneros musicales contemporáneos ajenos a la tradición.
De momento, ‘LoTestament’ representa otra planta de mucha envergadura y consideración en la construcción de este edificio sonoro de nuestra área.
Prólogo a ‘Lo testament’ de Vicent Torrent