En la alcazaba de Segura de la Sierra

Mara Aranda, concierto de música sefardita en ‘Las Noches del Castillo’ de Segura de la Sierra (Jaén).

A las 22:00 poniendo el broche final al prestigioso festival.

Junto a Jota Martínez: cítolas, zanfona y baglama; Abel García: zanfona, laouto y baglama y Fernando Depiaggi: neys y percusiones.

El siguiente texto es un estracto de los Libros de Visitas de la Orden de Santiago (Archivo Histórico Nacional OO.MM. Mss. 1063C) redactados en 1478. En él se describe como se encontraba el castillo en aquella época.

“…E luego los dichos visitadores llegaron a la puerta de la primera barrera de la fortaleza de la dicha villa, la cual tenia sus puertas buenas de madera sin cerradura e un arco de ladrillo e que todo el tercio de la dicha fortaleza de la delantera hacia la villa esta hecho nuevo de cal y canto y sus almenas; esta otra barrera vieja que toma dos partes de la dicha fortaleza. En esta barrera nueva esta un aljibe nuevo e bueno e tiene esta barrera dos puertas falsas, la una sale a la villa, e la otra detrás de la torre del homenaje que sale al campo; e fueron a la segunda barrera que está cerca del cuerpo de la fortaleza, la cual tiene tres puertas con sus tres puertas de madera y sus atajos de cal y canto cada puerta que va desde la barrera hasta le cuerpo de la fortaleza. Esta barrera toma el tercio de la fortaleza, es el muro de cal y canto bueno con su petril e almenas, esta bien reparado e lo mas de ello hecho de nuevo; esta barrera tiene unas puerta que sale a la villa e tiene sus puertas e cerradura.

E luego llegaron a la puerta principal de la dicha fortaleza, la cual puerta es de buena madera con su postigo e sus cerraduras por de dentro y hallaron ende por alcalde de la dicha fortaleza a García de Madris por el dicho señor conde, el cual abrió las dichas puertas a los dichos visitadores e les entregó las llaves e los apoderó en lo alto e bajo de la dicha fortaleza a su contentamiento. E luego dentro de esta puerta principal de la dicha fortaleza, esta una casa la cual tiene su entresuelo de buena madera de vigas y ripia y una cámara encima donde duermen hombres; está cubierta de una bóveda. Está un arco en la dicha casa puerta in puertas que entra al cuerpo de la dicha fortaleza. E luego a la mano derecha de la entrada de la dicha fortaleza está una sala portal grande hecha a colgadizo, cubierta de teja e madera buena, la cual está sin puertas, en la cual sala portal había cinco medios paveses con sus lanzas de mano.

En la dicha sala portal esta una puerta a una casa que era establo, que ahora es casa de despensa que tiene algunas provisiones, es esta casa de bóveda, cubierta con su suelo de madera e su entresuelo.

Encima e luego adelante esta otra casa de bodega, en la cual bodega había trece tinajas, las cuatro con vino e las otras vacías. Tiene esta bodega sus puertas e su cerradura e luego frontero de la puerta de esta sala portal está una portada con sus puertas que entra a una sala armada a colgadizo cubierta de su teja e madera, y a la mano derecha de esta sala está una cámara cubierta de su bóveda. Frontero de la puerta de esta sala está otra cámara cubierta de bóveda que es establo. Está a mano izquierda otra cámara cubierta de su madera con su entresuelo encima, cubierta de teja e madera.

Estas tres cámaras estaba sin puertas, a las unas puso el dicho alcaide puertas; mandáronle que de aquí al día de santo Miguel ponga los otros dos pares. E luego adelante en la misma acera esta otro portal grande armado a colgadizo cubierto de teja e madera en la cual esta a un cabo una atahona con su guarnición de madera buena, la cual dijo el señor alcaide que se quemo y solía estar una fragua que esta toda desaderezada. Mandaron los dichos visitadores, del dicho señor conde en ausencia, en presencia del dicho alcaide e del dicho Álvaro de Moya, en virtud de obediencia que de aquí al día de San Juan primero de hecha otra buena atahona con sus aparejos e se repare la dicha fragua pues que son cosas tan convenientes para la dicha fortaleza.

Está en el dicho portal una muela de amolar e una tinaja de coger agua del aljibe, e una gran hacina de leña e dentro de este portal está una puerta de arco de ladrillo la cual tiene sus buenas puertas e su cerradura e entra a una buena capilla de señor Santiago, la cual está cubierta de su bóveda e al un cabo un retrete para revistario, en la cual dicha capilla están dos cubas grandes vacías.

E luego en la otra acera del dicho patio de la dicha fortaleza, esta una casa de horno cubierta de madera e tiene sus puertas buenas e su cerradura; e luego delante esta otra cámara larga en la cual están dos apartamientos para poner bestias, están cubiertas de madera e tienen su puerta buena. E delante de estas dos cámaras está hecho un portal a colgadizo sobre postes cubierto de teja e madera.

E luego delante esta una casa baja para despensa, en que había dos tinajas con harina, cubierta de teja e madera y su puerta buena y su candado. Debajo de este dicho portal sube una escalera de piedra con su antepecho de piedra e yeso que sube a lo alto de la dicha fortaleza e luego subiendo, encima de la dicha escalera esta una puerta de madera e un portal cubierto a dos aguas de teja e madera, en que había doce tocinos. E a la entrada de este portal a mano derecha, esta una saleta cubierta a dos aguas de teja e madera con sus puertas de madera e a la mano izquierda del dicho portal esta una puerta sin puertas, que entra a un corredor que esta sobre el patio de la fortaleza cubierto de su teja e madera. E al cabo de este corredor está un arco de ladrillo con sus puertas de madera e dentro está una sala buena cubierta a dos aguas de su madera e de su teja.

E luego sube una escalera al muro e en lo alto de muro a mano izquierda esta una cocina buena con su chimenea, la cual esta sobre el entresuelo de la casa puerta de la entrada de la fortaleza, la cual cocina esta cubierta a dos aguas e sus puertas buenas, y esta cocina y el entresuelo de ella está dentro de un cubo grueso que está sobre la puerta.

E todo el muro de la dicha fortaleza, que comienza de la torre del homenaje e torna a ella, es todo de cal y canto bien reparado con su petril e almenas e enverdiscado de leña e piedra, e ándase todo por lo alto y en este muro está una campana grande, en el cual muro hay otros tres cubos grandes sin el de sobre la puerta e un cubete pequeño. E en los dos cubos están dos arqueras de madera. E están estos dichos cubos cubiertos de teja e madera para dormir velas e el uno de ellos está hendido de un rayo en tanto grado que se caen piedras de él, que estaba así antes de la visitación pasada e se mandó reparar, en algunos lugares del dicho muro está de petrilar e almenar; mandáronlo poner aquí porque su señoría en ello se provea.

E luego fueron los dichos visitadores a la torre del homenaje, la cual tiene unas puertas gruesas de madera nuevas que puso el señor conde, a la cual sube por una escalera de madera de siete escalones e tiene sus cerraduras por de dentro e fuera e en lo bajo de esta torre está una cámara que solía ser mazmorra, de su entresuelo de madera e están dentro de esta cámara dos apartamentos el uno de bóveda e el otro de su entresuelo de madera en que había hasta trescientas fanegas de trigo. E tienen estas dichas cámaras sus puertas e candados, e estas en la primera cámara tres tinajas, la una chica de aceite.

E luego sube de esta primera cámara una escalera de madera a una bóveda buena larga, que tenía todo el largo del hueco de la dicha torre, e dentro de esta otra puerta con su cerradura que entra a otra bóveda tan larga como esta, que se dice la casa de las armas, en la cual había dieciocho pares de corazas e siete capacetes y ocho adargas e un arnés tranzado del alcaide con sus corazas en terciopelo negro con clavazón dorada, otros diez capacetes e baueras, otro arnés tranzado, tres pares de placas con sus baúles, cuatro adargas e otras dos faldas con sus gocetes, ocho ballestas fuertes de garrucha e torno, las tres de palo y las cinco de acero e otras tres ballestas de acero de polea, todas estas ballestas fuertes con sus garruchas e tornos e poleas e dos cajones del almacén grueso e menudo, e ciertas madejas de bramante, tres culebrinas, una lombardeta pequeña de galera, e pelotas e piedras asas e hasta cuatro arrobas de pólvora.

E luego encima de estas bóvedas susodichas, sube una escalera de ladrillo que es hecha en el gordo de la pared de la dicha torre, e otra bóveda que toma todo el hueco de la dicha torre, en que hay tres atajos, en el uno esta un molino de mano e en el otro hasta veinte fanegas de sal.

E luego sube de esta dicha bóveda una escalera de ladrillo en el gordo de la pared de la dicha torre, e otra bóveda grande que toma todo lo hueco de la dicha torre, en la cual bóveda hay tres apartamentos buenos y no están en ellos cosa ninguna. E de aquí sube una escalera de piedra, la cual está mal reparada y mandose reparar en la visitación pasada y no se reparó. Mandaron los dichos visitadores al dicho alcalde que la repare de ladrillo como las otras escaleras de la dicha torre, la cual va por el gordo de la pared de la torre e sube a lo alto de la dicha torre, en el cual alto de la dicha torre esta un desván hecho de madera e teja armado a cuatro aguas e cubre todo el hueco de la dicha torre, porque se dañaban las bóvedas de la dicha torre con las aguas si no se hiciera e aprovecha para dormir velas e poner provisiones; el cual dicho desván mando hacer el señor mi don Rodrigo Manrique siendo comendador de la dicha encomienda.

Esta torre está por lo alto bien almenada e petrilada e tiene una arquera nueva buena sobre el cuerpo de la fortaleza, e todo lo alto de esta torre entre las almenas está enverdiscado de madera y a las tres partes del encasamiento del cuerpo de la dicha fortaleza está armado a colgadizo y bien tejado, porque aquellas aguas todas recibe un muy buen aljibe que está en medio de dicha fortaleza.”

Published by Mara Aranda

Mara Aranda es una de las intérpretes más aclamadas surgidas de la escena española. Casi tres décadas durante las cuales ha investigado y cantado músicas turcas, griegas, occitanas y músicas antiguas, medievales y sefardíes, que han dejado como resultado casi una veintena de discos propios de excelente factura merecedores de premios y reconocimiento por parte de público y también de medios especializados.

Leave a Reply

Your email address will not be published.*