Geografías de la Diáspora es la más completa colección de música sefardí, recogida en cinco volúmenes, y el título del programa en el que se recorren las principales plazas en las que los sefardíes se asentaron tras la expulsión: Marruecos, Turquía, Grecia, Bulgaria y antigua Yugoslavia.
Con estas canciones recuperamos parte del pasado común de culturas peninsulares que se forjaron en el solar ibérico conformando su identidad y configurando las de hombres y mujeres del siglo XXI. Estos cantos viajan, en la expulsión, con sus portadoras, a nuevos territorios y ahora con Geografías de la Diáspora realizan este camino de vuelta a su origen.
Se da especial preeminencia a cantes inéditos y a las romansas que nos hablan de personajes épicos, históricos o legendarios ligados al pasado medieval de la Península y que se siguen cantando hoy en día en España, en América y también en boca de los sefardíes en las geografías de la diáspora. Algunos de ellos se perdieron en España y han pervivido ‘en boca de madre’ en las nuevas patrias.
Música y danza se asocian ya en el s. IX a todas las fiestas y celebraciones de judíos, musulmanes y cristianos que convivían en La Edad Media. En reuniones y festividades cortesanas o acompañando el quehacer diario, escuchándose tanto en las casas y palacios como por calles y zocos, las canciones han contado la historia de quienes nos precedieron, siendo patrimonio de la humanidad en su conjunto y el legado, de las tradiciones que ahora somos encargados de transmitir.
En este corpus de cantes que pasarían de madres a hijas e hijos, por vía oral, conservándose más de 500 años después de su expulsión, vemos reflejado su íntimo sentir, el modo de celebrar sus festejos, sus celebraciones y ritos y también la narración de sucesos históricos conectados con el romancero viejo, joya de la literatura española, que atesora una genuina manifestación de nuestra historia y una de las más altas representaciones de la literatura oral de nuestro pueblo.
En este programa encontraremos la sonoridad de instrumentos de la tradición medieval española y del norte de África y también de la zona oriental del Mediterráneo, siguiendo el ejemplo del pueblo sefardí que adaptó sus músicas al estilo y los instrumentos propios de las zonas geográficas donde nuevamente se establecieron, siempre en constante evolución.
Lejos de cerrar puertas y ventanas para enclaustrar esa herencia antigua, los sefardíes las abrieron de par en par, siendo este el motivo por el que podemos cantarlas hoy en día y compartirlas con todos aquellos amantes de la historia, de la música y de las tradiciones.