La civilización en el Califato Omeya desde Córdoba en el año 814 tras el el declive de Carlomagno y su Imperio, rivalizaba con Constantinopla, capital del Imperio bizantino, al otro extremo del continente. Se dice que los califas cordobeses superaban a bizantinos en cultura. literatura, en especial la poesía, que fue cultivada con entusiasmo, como sucedía en todos los países árabes. Durante la época, el árabe llegó a superar al latín como lengua en las obras sobre medicina, astronomía y matemáticas; los cristianos de la península aprendían árabe para perfeccionar un expresivo y elegante estilo, y eruditos de toda la Europa cristiana viajaban a Toledo o Córdoba para realizar sus estudios. (Wikipedia)
En Córdoba destacaron varios poetas: Abū ‘Āmir ibn Šuhayd (992-1035), cínico y libertino, que cultivó los géneros que cantaban los placeres de la vida: el amor, el vino, la caza, el goce de la naturaleza reflejando su forma de vivir, su evidente actividad báquica y bisexual, su actitud en contra de lo establecido.
Yo le seguí hasta la puerta de su casa,
porque hay que seguir a la pieza hasta alcanzarla,
le até con mis riendas
y fue dócil a mi bocado.
Fui a beber a los pozos del deseo
y pasé por encima de la vileza del pecado.
También Ibn Quzman (c. 1080-1160), poeta alto, rubio y de ojos azules, que hacía gala de una vida licenciosa. Pero que también llevó a su más alto nivel el zéjel, un tipo de poesía que se escribía en árabe dialectal hispánico, deliberadamente popular y abundante en situaciones eróticas, celebrabando el vino, la fiesta y el amor hacia mujeres y jóvenes.
Cuando alguien le recordó que quien es serio en esta vida será recompensado con el Paraíso, el irreverente poeta respondió estar en el Paraíso en esta vida:
Si el paraíso me dieran, vino sería
y amar beldades.
Allí fuimos de broma y desenfreno,
ora con mozos, ora con mujeres;
corrieron copas y hubo lo que hubo.
Consejeros, dejaos de monsergas:
¡mi vicio es virtud!
Pobre y encarcelado repetidas veces acusado de herejía por su actitud de desafío a las autoridades religiosas, Ibn Quzman acabó sus días enseñando en una mezquita.
Cuando muera éstas son mis instrucciones para el entierro:
dormiré con una viña entre los párpados.
Que me envuelvan entre sus hojas como mortaja
y me pongan en la cabeza un turbante de pámpanos.
Otro de los grandes fue Ibn Hazm que en el siglo XI (1023) escribió en nuestra cercana Xàtiva El collar de la paloma reflexionando sobre el amor intentando descubrir lo que tiene de común a través de los siglos y las civilizaciones de influencia neoplatónica, que fue llamado “amor udrí”, incluyendo detalles autobiográficos y documentales. Es un testimonio de primera mano de la vivencia del amor en al-Ándalus durante el gobierno de la dinastía omeya.
Ibn Hazm (Córdoba, 7 de noviembre de 994 – Montíjar, Huelva, 15 de agosto de 1064), también nos dejo este poema hermoso:
Dejad de prender fuego a pergaminos y papeles,
y mostrad vuestra ciencia para que se vea quien es el que sabe.
Y es que aunque queméis el papel
nunca quemaréis lo que contiene,
puesto que en mi interior lo llevo,
viaja siempre conmigo cuando cabalgo,
conmigo duerme cuando descanso,
y en mi tumba será enterrado luego.
Traducción de José Miguel Puerta Vílchez.
Todos ellos tienen sus calles, plazas o estatuas en esta Córdoba que nos tiene prendados. Esta vez venimos sin prisa y caminamos el empedrado y nos detenemos en cada callejón, observamos la geometría de las retorcidas rejas, nos deleitamos fugazmente con el aroma liviano de los pétalos de los geranios en esas calles adornadas con macetas de colores y esos floridos patios.
Nos alojamos en el barrio de la judería, con vistas a la mezquita. Se celebra la XVIII edición de las Jornadas Europeas de la Cultura Judía y celebraremos en el antiguo convento de Santa Clara, antes de ello mezquita y, aun antes, en el siglo vI Basílica de Sta. Catalina, edificada sobre restos romanos donde ahora tiene su sede la delegación provincial de turismo, ofreciendo un concierto.
El lema de esta edición es ‘Diásporas’, coincidiendo precisamente con el título de nuestro disco que se publicó en 2017, vol. I de una colección también así titulada. Constará de 5 discos dedicados a las principales geografías donde se establecieron tras sus forzado exilio los sefardíes.
Gracias a la Diputación de Córdoba y a la Red de Juderias española-caminos de Sefarad, diridida por hombres con nombres y apellidos detrás que tienen calle en la geografía de nuestras memorias, dígase así del Sr. Rafael Pérez de la Concha al que debemos esta oportunidad de traer estos cantos milenarios a esta ciudad de memoria eterna donde tiene memoria desde el guijarro hasta la más gran piedra. En los últimos años la ciudad se ha convertido en un magnífico referente internacional por su inmensa actividad cultural, acertada por su diversidad y poniendo émfasis en aunar patrimonio, arte y cultura, atractivo de primer orden para el turista selecto. Aquel que valora y cuida y enriquece con su presencia el día a día de esta ciudad que no deja de sorprendernos con propuestas de buen gusto. Como turistas visitatemos la ciudad…pero eso será mañana. Ahora ya la noche se ha hecho noche y el ojo pide descansar.